Siento el silencio y la ausencia, siento el caos en mi interior y las noches en vela bajo mis ojos.
A veces la vida es muy perra, o tan sólo es un reflejo de nosotros mismos.
La vida siempre nos exige más y más, aunque pensemos que estamos dando todo lo que podemos, es un espíritu hambriento, dispuesto a devorarnos, y lo mejor es que no se cansa de pedir, de arañar y de ahogar hasta que consigue lo que quiere.
Da igual el daño que haga, para ella todo es lo mismo: una gran lección.
La perfección no existe, pero deberíamos rozarla. Siempre.
La vida es muy perra, no me cansaré de decirlo. Pero ésta es sólo una de las tantas lecciones que he de aprender. Aprender y seguir caminando.
Vine a Londres con mucha ilusión y ganas de trabajar, prácticamente lo tenía todo hecho. ¡Ser au pair es fácil, y encima tienes alojamiento! Suena tan bonito, pero la realidad es otra muy diferente.
No quiero enrollarme con los aspectos negativos o positivos de este tipo de trabajo, dejo que cada uno juzgue por su propia experiencia, si la tiene. Lo que quiero contaros es como todo puede cambiar de la noche a la mañana, como una vez te acuestas en una cama cómoda y confortable y al día siguiente te ves con las maletas hechas a patadas en Victoria Station llorando como si el mundo se estuviese acabando. Y dentro de todo este caos mental un desconocido te ofrece vino para que tu corazón no llore, no aceptas el vino, pero dejas de llorar.
En ese momento me di cuenta de que los conocidos no son amigos. Pero los desconocidos pueden convertirse en alguien familiar que abren su puerta, y su corazón. Gracias a las redes sociales y a que hoy en día sigue habiendo personas con un interior hermoso, no tuve que dormir en la calle. Me he sentido cuidada y protegida.
Mis maletas rojas se han recorrido Londres de punta a punta bajo tierra y van acumulando kilómetros. Una vez conseguido el silencio en mi cabeza pude pensar con tranquilidad. Ahora me encuentro en Brighton, de nuevo acogida en una casa ajena, y es ahora cuando empieza la verdadera lucha, encontrar trabajo y una habitación a la que llamar hogar.
No quiero volver a casa, ir a España sería perder y tan sólo acaba de empezar la partida.
#exilioenlondres